En educación es necesario investigar para mejorar nuestra práctica
educativa.
La investigación es el estudio de los métodos, procedimientos y las
técnicas utilizados para obtener un conocimiento, una explicación y una
comprensión científica de los fenómenos educativos, así como de solucionar
problema de la educación.
Como maestras lo que nos interesa es la investigación educativa, es
decir, investigar a nuestros alumnos principalmente basándonos en la
observación sistemática. Nosotras vamos a investigar situaciones reales, que
nos interesen en el aula como el juego, la lectoescritura, las relaciones
sociales, etc.
Así, podemos investigar para potenciar alguna situación que se dé en el
aula (INTERVENCIÓN PRIMARIA), para eliminar algo que entorpezca en clase (INTERVENCIÓN
SECUNDARIA), o sobre algo que no se puede evitar (INTERVENCIÓN TERCIARIA)
La investigación sistemática en el aula es una forma de pensar, es
decir, que no parte de un problema sino de una situación sobre la cual yo
quiero experimentar e indagar más; es también una forma de resolver problemas
al recopilar y analizar la información; y un método basado en procedimientos
científicos (método científico) para resolver los problemas educativos.
La investigación va unida al desarrollo y a la innovación, ya que mejora
la práctica educativa en el proceso de enseñanza-aprendizaje, aumenta el
rendimiento académico, y por tanto, la calidad educativa. Pero, ¿cómo se
realiza una investigación educativa?
Toda investigación surge de una pregunta que nos formulamos como
docentes en el aula, de un problema que es real, que podamos resolver en algún
momento, que es relevante y, por supuesto, que nos puede generar un
conocimiento. Por tanto, para pensar un tema objeto de investigación debemos
pensar que sea algo que necesitemos probar (no algo obvio).
Además, siempre debemos tener en cuenta que cualquier investigación hay
que hacerla de forma planificada, ya que si es improvisada nos puede llevar a
error, con la intención de mejorar nuestra práctica educativa.
Así, para planificar nuestra investigación debemos plantearnos un
objetivo, es decir, lo que queremos conseguir o conocer. A continuación, formularemos la hipótesis de
nuestra investigación, una propuesta o solución provisional para el objeto de
la investigación que debe ser verificada o rechazada, y que expresa la relación
entre dos o más factores o variables.
En definitiva, el objetivo de cualquier investigación es analizar si
existe una relación entre dos factores formulados en las hipótesis.
Una vez que tenemos claro lo que queremos conseguir
diseñamos nuestra investigación.
En primer lugar, establecemos las variables (características que
influyen en lo que queremos investigar),
ya que si no tenemos en cuenta todas las variables que pueden influir en
nuestra investigación podemos llegar a una conclusión errónea. Estas variables
han de ser medibles, manipulables, cambiantes y controlables; y las podemos
clasificar según el criterio metodológico: Independientes (causa), dependientes
(efecto), intervinientes (lo que influye); o según el criterio de medición: cuantitativas
(medibles) y cualitativas (categorizables).
En segundo lugar, para identificar, medir, controlar, manipular y
evaluar estas variables es necesario buscar los indicadores de ésta que nos
permitirán establecer y señalar los rasgos de las dimensiones o variables a
medir. Hay variables que solo necesitarán un indicador y otras necesitarán más
indicadores para tener la información
suficiente sobre dicha variable.
A continuación, una vez tengo claro lo que tengo que medir, los
indicadores y los criterios hay que recopilar toda la información, para ello
necesitamos instrumentos de recogida de datos como la observación, la
realización de test, exámenes, entrevistas, asambleas, así como las anotaciones
del diario de campo o anecdotario.
Por último, analizaremos los resultados y comprobaremos si nuestra
hipótesis inicial se cumple o no.
En conclusión, considero que la investigación educativa es necesaria tanto
para mejorar nuestra práctica docente como para descubrir posibles problemas
para poder ofrecer una solución. Los profesores deben comprometerse a estudiar
su propia práctica docente y reflexionar sobre ella para mejorarla.
En nuestra sociedad, se requieren de profesionales competentes, con
iniciativa, y que por medio de la investigación y tras la reflexión de los
resultados obtenidos puedan dar respuesta a las diferentes situaciones que
puedan encontrar en sus aulas, para que así poco a poco podamos ir
transformando y mejorando la educación actual.
Para que la investigación educativa tenga sentido, es indispensable que
tengamos una experiencia directa con la problemática a estudiar, es decir,
debemos estudiar situaciones cotidianas que ocurran en nuestras aulas. Además,
dicha investigación debe ir mucho más allá de una simple recogida de
información, debemos analizarlas y llegar a unas conclusiones que nos lleven a
un cambio, a un avance.
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